La frase crianza positiva puede conducirnos a la confusión si no indagamos el concepto en su totalidad para saber de qué se trata. Si lo hacemos, descubriremos que es, sin lugar a dudas, una buenísima opción como modelo a seguir. Es fundamental que como padres debamos hacernos respetar, de la misma forma que respetamos a nuestros hijos.

La disciplina positiva puede generar dudas y miedos de no aplicarla de manera correcta. Sin embargo, siempre hay que tener presente el sentido común y la coherencia. Claramente no es fácil, porque implica tener perseverancia y constancia, que no siempre nos juegan a favor en la pa/maternidad, por diferentes razones.

Pero una buena forma de indagar sobre la disciplina positiva es considerando aquello que no lo es. 

 La disciplina positiva no es:

Estirar la paciencia. Contamos con paciencia limitada, por lo que si nos centramos en tener una paciencia infinita, terminaríamos agotados, ¿no creen?

Buscar resultados inmediatos. La disciplina positiva algunas veces da resultados inmediatos y otras veces estos se verán a largo plazo. Pero que no nos desanime, porque de esa manera estamos sembrando herramientas para que nuestros hijos las recojan y sean capaces de construir valiosas habilidades para la vida.

Centrarse sólo en lo positivo. Poner normas y límites desde el respeto y el amor no significa quedarnos sólo en lo positivo. 

Ser demasiado amables. No tenemos que estar siempre sonriendo y mostrándonos felices con nuestros hijos. Ellos necesitan aprender de nuestras reacciones como padres.

Hacer siempre algo por nuestros hijos. A veces no necesitamos hacer nada por nuestros hijos, es necesario que ellos aprendan de sus errores. ¡A veces no actuar es mejor que actuar!

«Los errores son grandes oportunidades de aprendizaje» Jane Nelsen

Educar en positivo es mucho más relajado de lo que se cree. Sabemos que no es fácil, ¡pero sí posible!

Difícil de aprender. Si creemos que es importante invertir un poco de tiempo y esfuerzo en formarse como padres para poder entender y comprender al niño para ir aplicando estrategias efectivas para educar desde el respeto mutuo con éxito, ¡nos daremos cuenta que no es difícil de aprenderla!