Decir “no” a veces se hace necesario, por lo que conviene saber cómo hacerlo sin que nuestro mensaje resulte autoritario y agresivo. Por eso les compartimos alternativas y formas constructivas de transmitir el no a través de la disciplina positiva.

No hay que sentirse mal cuando decimos “NO” a nuestros hijos, siempre y cuando lo hagamos con cariño y justificando el por qué lo decimos. El “porque no” no es constructivo. Darles una explicación ayuda a que los niños entiendan el porqué de las cosas, ¡por más pequeños que sean! Sé paciente y explicá los motivos de tu “no”, de esta forma será más fácil para él de entender y asumirá mejor tu decisión.

Por esta razón es una buena recomendación buscar alternativas similares a la prohibición que le des a tu hijo. Por ejemplo: redirigir 🡪 «Sé que estas muy divertido saltando en la cama y como esto puede resultar peligroso te propongo hacer lo mismo en un lugar más seguro y que podemos preparar juntos para que lo hagas».

Decir que no a nuestros hijos en los momentos oportunos es la mejor respuesta que le podemos dar para el desarrollo de su cerebro. 

  • Cuando nos piden ayuda y pueden hacerlo solitos.
  • Cuando creemos que no es el momento y pueden esperar.
  • Cuando lo que quieren es lo contrario a lo que necesitan.
  • Cuando algo nos parece demasiado pronto para su edad.
  • Cuando creemos que un “no” es mejor que un “sí”.

Es importante que sostengamos el “NO” rotundo para situaciones en las que, realmente, las normas sean inquebrantables. Ese “NO” que te sale de las entrañas será un “NO” lógico y justificado y en ese momento verás que no podés negociar. Son esos momentos en los que su vida ¡está en peligro!

¡Eduquemos en positivo!